viernes, agosto 10, 2007

equilibrio precario

Una vez, con un antiguo amigo, comentamos sobre la lluvia, los pasos bajo nivel anegados, el paisaje para postal que es santiago en invierno y él me dijo que vivíamos en un equilibrio precario. recordé esa frase, pronunciada luego por vera meiggs en una de sus clases, y de ahí me dio vueltas en la cabeza tratando de encontrarle otro significado que, finalmente, encontré. sergio me dijo que me veía contenta y que este año había sido bueno para mí - presumo que el conteo tiene que ver con la inminente llegada de mi cumpleaños en un par de meses, por lo que uno piensa en ciertos balances -. yo le dije que sí, pero se lo dije sin demasiada convicción. y después pensaba por qué. y recordé a álvaro, cuando me hablaba del equilibrio precario y no encontré frase que tuviera más sentido. a ratos no me siento feliz. y la explicación me sabe extraña. han habido tantas cosas y personas buenas; reencuentros azarosos, qué sé yo, esas cosas que sólo-le-pasan-al-resto-y-nunca-a-mí me pasaron al fin, pero de poco me sirve si la mitad del tiempo tengo la cabeza ocupada tratando de arreglar las vidas ajenas, planeando tardes al aire libre que no funcionan por la lluvia o festividades en la noche para animar las almas y resulta que a ratos uno ya no sabe si desistir es de cobardes o es de honestos. cruzo las piernas mientras escribo. fumo más, bebo en cantidades proporcionales a lo que fumo. descubro nuevos lugares, pero no me satisfacen, porque permanezco en un equilibrio que, en algún momento, se va a venir abajo. me río con desconfianza, ando feliz a saltos, como cuando se duerme mal y uno no puede quedarse dormido de nuevo y da vueltas y mira el techo y se angustia y después se duerme y se despierta con el despertador y parece que no se ha podido descansar. así mismo es mi propio equilibrio. precario, endeble, débil. a punto de quedar en nada. porque a ratos ustedes también se ponen así y estamos en ese equilibrio que más se parece al hastío, pero que nos hace saborear la felicidad igual, pero menos dulce... quiero que sea primavera de nuevo. salir a andar en bicicleta, disfrutar del pasto y verlas contentas al fin, y verme con ganas de abrazarte de nuevo porque volviste a sonreír y porque viniste y te quedaste y te entretenemos y nos quieres otra vez. sólo eso me falta para sentirme realmente feliz y fuerte, que mi equilibrio vuelva a ser lo que siempre ha sido.

1 Comments:

At 5:42 p. m., Anonymous Anónimo said...

Hay una canción llamada "Precario Equilibrio"

Buenísima, de Andrés Valdivia

 

Publicar un comentario

<< Home

< >